Un conflicto de pareja afecta a los dos miembros y se da cuando uno o ambos no tienen un control emocional correcto, que lleva a no racionalizar las situaciones y las conductas generan discusiones muchas veces por cosas que no tienen importancia.
Así pues, es aconsejable tener ambas partes un control emocional adecuado para que la relación vaya bien, pues cuando ambos miembros de la pareja tienen emociones positivas hay un diálogo fluido y se puede llegar a decisiones compartidas de una forma tranquila y relajada. Si no se da solución, para que uno o ambos miembros de la pareja (dependiendo de quien no se controle) adquiera control emocional, se puede llegar a una ruptura.